Robert Preidt
Los adolescentes que beben en grandes cantidades parecen tener importantes anomalías en el desarrollo del cerebro, según encontró un nuevo estudio.
El exceso de consumo de alcohol entre los adolescentes también podría estar vinculado con una mutación genética vinculada con la impulsividad, de acuerdo con otro nuevo estudio.
Los estudios, publicados en la revista American Journal of Psychiatry, tienen programado presentarse el lunes en la reunión anual de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association), en Toronto. La investigación presentada en las reuniones se considera preliminar hasta su publicación en una revista sancionada por colegas.
Las regiones del cerebro examinadas en estos estudios juegan un papel importante en el ciclo adictivo del consumo de alcohol compulsivo y en la preocupación por beber, de acuerdo con George Koob, director del Instituto Nacional del Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de los Estados Unidos (U.S. National Institute of Alcohol Abuse and Alcoholism, o NIAAA), en un comunicado de prensa.
En un estudio, gammagrafías cerebrales en participantes de entre 12 y 24 años mostraron diferencias en el desarrollo del cerebro entre quienes bebían mucho y quienes no bebían en absoluto. “Beber mucho” va desde tomar cuatro tragos por ocasión al menos una vez al mes hasta uno o dos tragos el menos ocho veces al mes.
Comparados con los adolescentes no bebedores, aquellos que bebían mucho tuvieron un deterioro acelerado en la materia gris e incrementos más pequeños en la materia blanca del cerebro. Los hallazgos pueden ayudar a explicar por qué los adolescentes que beben mucho muestran un declive en su desempeño escolar, dijeron los investigadores de la Universidad de California, San Diego, y el Instituto de Investigación de Stanford.
El otro estudio incluyó a pares de gemelos idénticos de los cuales uno tuvo problemas con el consumo del alcohol entre los 18 y los 24 años y el otro no. Los investigadores encontraron que los gemelos con problemas con el consumo de alcohol tenían alteraciones en el ADN en un gen que juega un papel en la impulsividad, el cual los científicos llamaron gen PPMG1.
Los investigadores estudiaron posteriormente a adolescentes de 14 años y encontraron que cambios similares en el gen PPMG1 se asociaban con una mayor impulsividad a los 14 años y un aumento en el consumo de alcohol durante los siguientes dos años. Tanto la impulsividad como el incremento en el consumo del alcohol a una edad temprana son factores de riesgo para desarrollar problemas con la bebida más adelante en la vida.
"Es posible que tales cambios [genéticos], al incrementar la impulsividad, predispongan a los adolescentes a participar en un consumo excesivo de alcohol y que las alteraciones en el funcionamiento del cerebro que vienen con el consumo excesivo de alcohol, al alterar la función ejecutiva, hagan que sea más difícil detenerse", escribió Koob en un editorial que acompañó al estudio.
FUENTE: Comunicado de prensa, American Journal of Psychiatry
Alteraciones en el neurodesarrollo
Diferencias cerebrales en adolescentes que beben en grandes cantidades
Investigadores también detectaron mutación genética vinculada con la impulsividad.
Fuente: Medlineplus