E.J. Mundell

Casi uno de cada cinco estadounidenses a partir de los 80 años de edad tiene poca fuerza en los músculos, según una investigación reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Esa cifra se reduce a edades anteriores, ya que apenas el 2 por ciento de los estadounidenses de 60 a 79 años tienen debilidad, halló el nuevo informe.

Una pérdida de la fuerza muscular es común en la vejez y puede afectar al funcionamiento cotidiano. Por ejemplo, más de la mitad (el 55 por ciento) de los mayores de 60 años que tenían debilidad muscular presentaban dificultades en levantarse sin ayuda de una silla sin brazos, apuntaron los investigadores.

Estudios anteriores también han vinculado una fuerza muscular decreciente con un paso más lento y "un aumento en el riesgo de muerte", señalaron los coautores Anne Looker y Chia-Yih Wang, del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC. Publicaron sus hallazgos en la edición del 28 de enero de la revista NCHS Data Brief.

Los investigadores siguieron datos gubernamentales de 2011 y 2012 de la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU., un estudio continuo. Observaron ítems como los datos de los exámenes físicos y pruebas de la fuerza de agarre.

Según el estudio, en las personas mayores de 80, las mujeres tendían a tener menos fuerza muscular que los hombres, y a los asiáticos y a los hispanos tendía a irles peor que a los blancos.

Pero una experta enfatizó que envejecer no tiene que conllevar una falta debilitante de fuerza muscular.

La nueva encuesta halla que "el 82 por ciento de los adultos mayores de hecho tienen una fuerza muscular normal", apuntó la Dra. Gisele Wolf-Klein, directora de educación geriátrica del Sistema de Salud North Shore-LIJ en New Hyde Park, Nueva York.

Ese hallazgo, dijo, respalda a "otros estudios que han mostrado que los adultos mayores pueden mantener una condición física óptima de manera exitosa a una edad avanzada a través de una buena atención preventiva en general, la nutrición y el ejercicio".

FUENTES: Gisele Wolf-Klein, M.D., director, geriatric education, North Shore-LIJ Health System, New Hyde Park, N.Y.; NCHS Data Brief