Ángel Díaz | Madrid
La fase REM del sueño, en la que se producen rápidos movimientos oculares, se caracteriza porque el cerebro está muy activo pero los músculos quedan parcialmente paralizados, gracias a la acción del tronco cerebral. Por ello, aunque se sufran pesadillas o sueños vívidos, el cuerpo permanece cómodamente tumbado. Pero los pacientes con trastorno de la conducta del sueño REM no tienen esa suerte: gritan, lloran, golpean, patalean y a veces se caen de la cama. Esta condición, además, puede ser estar asociada a un futuro desarrollo del Parkinson u otras enfermedades neurodegenerativas.
Un equipo de investigadores del Hospital Clínic de Barcelona acaba de presentar un método que permite determinar, mediante la combinación de dos técnicas de neuroimagen, cuáles de estas personas con trastornos del sueño tienen más posibilidades de padecer Parkinson, demencia con cuerpos de Lewy (un mal que produce delirios paranoides) o atrofia multisistémica (una rara afección que afecta a la movilidad y las funciones corporales). Estas enfermedades degenerativas, como el propio trastorno del sueño REM, afectan por lo general a hombres mayores de 60 años.
Los investigadores, dirigidos por el doctor Álex Iranzo, del servicio de Neurología del Clínic, han seguido durante dos años y medio a un grupo de 43 pacientes con trastorno REM, de una media de 70 años de edad. Ocho de ellos (es decir, alrededor del 30%) han desarrollado en este tiempo una dolencia neurodegenerativa. Y todos éstos, según los resultados que publica la revista 'The Lancet Neurology' (http://www.thelancet.com/), habían mostrado en las pruebas al inicio del estudio bajos niveles de dopamina, una hormona que funciona como neurotransmisor cerebral y cuya carencia es la principal causa del Parkinson.
La importancia de esta hormona reside en que su escasez se puede detectar años antes de que se muestren los primeros síntomas de demencia. Los autores del trabajo, por ello, confían en que éste pueda ayudar en un futuro a detectar precozmente la enfermedad y estudiar su desarrollo durante las primeras fases, antes de que se manifieste clínicamente. "Este artículo tendrá importancia en cinco o 10 años", augura Iranzo a ELMUNDO.es, "cuando haya medicamentos neuroprotectores".
Esperar nuevas terapias
La esperanza de este investigador es que, de aquí a ese tiempo, se hayan desarrollado nuevos tratamientos capaces de controlar la enfermedad desde sus primeras manifestaciones. Pero, "por el momento, y por desgracia, lo único que podemos hacer es seguir a los pacientes con más mimo, mirarlos con microscopio más que con lupa, y empezar el tratamiento cuanto antes", comenta el investigador.
Las pruebas constaron de una ecografía [sonografía transcraneal o TCS] y una tomografía [por emisión de fotones, o SPECT], que buscaban carencias de dopamina en dos regiones cerebrales: el 'estratium' y la 'sustancia negra'. Hasta 27 de los pacientes con trastornos del sueño (un 63%) mostraron alteraciones en alguno de estos exámenes, por lo que formarían parte del grupo en riesgo. Algunos de ellos, según temen los autores del estudio, podrían sumarse en los próximos años a los ocho que ya han desarrollado enfermedades neurodegenerativas: cinco tienen Parkinson, dos demencia y uno atrofia multisistémica.
Otras enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, no están relacionadas con el trastorno REM y quedan fuera del ámbito de esta investigación. A pesar del bajo número de personas estudiadas, los autores consideran que sus resultados son, en cuanto a la posibilidad de detectar pacientes en riesgo, "definitivos". "Lo que vamos a hacer ahora", comenta Iranzo, "es seguir a este grupo a largo plazo".